
Pared trasea del hotel cibeles desprende demasiado calor
Por la tarde, le da el sol a la parte trasera del hotel cibeles, que es como un fronton gigante, y abrasador. Tanto que los sufridos habitantes del edificio que está construido justo detrás no podemos salir a la terraza, ni estar en casa. Las ventanas bajads y los toldos echados no quitan el fuego del resol que desprende ese edificio, que se edificó demasiado alto, demasiado cerca y para colmo pintado de blanco. Podemos freir huevos en la terraza. Es fuego abrasador lo que nos llega. Por favor, que lo pinten de azul oscuro, o con trampaantojos que simulen un mar. Así al menos, podríamos salir a la terraza y disfrutar de las vistas que este hotel-frontón nos eliminó. Aunque hayamos perdido para siempre la brisa del mar.